La teoría y la praxis del cooperativismo para la solución
de problemas económicos, se remontan a épocas remotísimas en la historia de la
humanidad.
Los hombres fueron percatándose de la necesidad de
trabajar unidos para facilitarse el acceso a elementos tan básicos como la
comida, el vestido y la vivienda.
Los investigadores del movimiento cooperativista,
concuerdan en aceptar como antecedentes de los actuales sistemas
cooperativistas, entre muchos otros, estos:
- Las organizaciones para la explotación de la tierra en común de los babilonios (Hans Müller)
- La colonia comunal mantenida por los Esenios en Ein Guedi, a las orillas del Mar Muerto
- Sociedades Funerarias y de seguros entre los griegos y los romanos.
- Los "ágapes" de los primeros cristianos como forma primitiva de las cooperativas (Lujo Brentano)
- Vida agraria entre los germanos (Otto Gierke)
- Organizaciones agrarias y de trabajo entre los pueblos eslavos: el Mir y el Artel entre los rusos, la Zadruga de los serbios.
- Organización del trabajo y de la producción en el Manoir medieval (De Brouckere)
- Agrupaciones de los campesinos para la transformación de la leche: "queserías" de los armenios y de los campesinos europeos de los Alpes, del Jura y del Saboya.
- Organizaciones para el cultivo de la tierra y el trabajo en las organizaciones precolombinas, principalmente entre los Incas y los Aztecas. También la Minga y el Convite.
- Las Reducciones de los jesuitas en el Paraguay
- Las Cajas de Comunidad en la época de la colonización española en América.
- Las colonias con el carácter religioso de los inmigrantes en Norte América
Es necesario, reconocer
también la influencia que tuvieron algunas publicaciones utopistas en el
desarrollo del cooperativo, entre las cuales se pueden mencionar:
Ø
La Republica de Platón (428-347 a. de C)
Ø
Utopía de Tomás Moro (1480-1535)
Ø
La Nueva Atlántida de Francis Bacon
(1561-1626)
Ø
El Viaje a Icaria de Etienne Cabet
(1788-1856)
En
todas estas obras se puede observar un profundo deseo de organizar la sociedad
en una forma más justa y fraternal, eliminando las diferencias de orden
económico por medio de procedimientos de propiedad comunitaria y de trabajo
colectivo.
Como punto de partida de una visión histórica de la cooperación, es preciso reconocer a los precursores de esta ideología, es decir, aquellas personas que a partir del siglo XVII, tanto en las ideas como en las obras, empiezan a precisar las características del sistema cooperativo. Entre los más notables de estos precursores se mencionan los siguientes: Peter Cornelius Plockboy quien publicó en 1659 el ensayo que comprendía su doctrina y John Bellers (1654-1725) quien en 1695 hizo una exposición de sus doctrinas en el trabajo titulado: "Proposiciones para la Creación de una Asociación de Trabajo de Todas las Industrias Útiles y de la Agricultura"; el médico William King (1786-1865), y el comerciante Michel Derrion (1802-1850), precursores del cooperativismo de consumo; Felipe Bauchez (1796-1865) y Luis Blanc (1812-1882), precursores del cooperativismo de producción.En esta fase precursora del cooperativismo es necesario destacar de manera especial a dos destacados ideólogos: Roberto Owen (1771-1858) y Carlos Fourier (1772-1837). Owen el autodidacta, industrial afortunado desde muy joven, innovador en técnicas y sistemas sociales, en el furor de la revolución industrial, intentó llevar a la práctica sus ideas organizando las colonias de New Lanark, en su propio país Inglaterra y la de Nueva Armonía en Estados Unidos (Indiana); la bolsa de trabajo y las instituciones sindicales de alcance nacional. Fourier, francés, el de las concepciones geniales y ambiciosas, rayanas en el desequilibrio, escritor prolijo y confuso a veces, llevo una vida cómoda y no consiguió llevar a cabo su obra el "Falasterio" en donde deberían llevarse a cabo aquellos frutos de su pensamiento inquieto y profético.
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